Con el objetivo de sumar peso específico para enfrentar a Gordos e Independientes y conseguir que sea realidad el, por ahora lejano, Congreso de renovación de autoridades que la central obrera había propuesto para el próximo 22 de agosto, ayer Francisco «Barba» Gutierrez y Pablo Moyano sellaron públicamente su alianza estratégica.
Lo hicieron con un encuentro en la sede de camioneros, en la que el embajador de los metalúrgicos y el hijo mayor de Hugo Antonio Moyano terminaron de saldar su histórica pelea. Acordaron que la UOM, uno de los principales gremios industriales de gran peso simbólico en Azopardo, trabajará en conjunto con el moyanismo para presionar por un recambio de conducción.
Ambos son dirigentes que integraron el actual consejo directivo de la CGT y dieron un portazo con fuertes críticas por el perfil dialoguista adoptado por la mayoría de ese cuerpo. A diferencia de lo que sucedió con los metalúrgicos, que abandonaron definitivamente su lugar, los camioneros pusieron en reemplazo de Pablo a Omar «Manguera» Perez, otro hombre de extrema confianza de Hugo.
En los tiempos en los que convivieron en la comisión directiva, las peleas entre el «Barba» y Pablo eran una constante, con epicentro en las disputas por las normalizaciones de las regionales. Moyano, ex secretario Gremial, acusaba a Gutierrez, ex secretario de Organización, de copar cada una de las regionales con conducciones kirchneristas y obturar los procesos en los que había dirigentes cercanos al moyanismo.
La batalla tenía un fuerte antecedente. Es que cuando el metalúrgico era intendente de Quilmes tuvo un enfrentamiento feroz con Pablo Moyano por la recolección de residuos en el distrito. En un intento de cambio de perfil del servicio, que incluía el despido de todo el personal, se cruzaron y el camionero amenazó con «un muerto» al quilmeño.
Ahora todo parece quedar atrás. Con el propósito de cercar a Gordos e Independientes, que todavía mantienen su lugar de privilegio para marcar el futuro de Azopardo, Gutierrez y Moyano avanzarán en unidad junto con otros espacios no alineados para tratar de forzar una nueva central. Mientras se cuentan los porotos para revalidar el triunvirato, la incorporación de gremios industriales a la oposición empieza a hacer sonar las alarmas de los dialoguistas.