El interés del Gobierno Nacional en el Hotel Bauen, mítica referencia de las recuperadas del país, no parece casual. Es que a dos meses de que el presidente Mauricio Macri haya vetado la ley de expropiación en favor de los trabajadores, la jueza de la causa dicta una orden de desalojo, en lo que es un claro gesto de lo que se viene para el sector.
El primer revés al Bauen llegó en medio de una las tantas vacaciones de Macri, cuando en diciembre pasado vetó la ley de expropiación. En esa oportunidad el jefe de Estado rechazó que el edificio situado en pleno microcentro porteño pase a manos de la cooperativa de trabajadores que lo autogestionan tras su proceso de vaciamiento.
Fue el quinto veto del Presidente desde que asumió y el comienzo de un derrotero que presenta un panorama más que complejo para los trabajadores de las empresas autogestionadas y recuperadas.
Ahora, en línea con los tiempos de cambio que corren, la jueza Paula Hualde dictó una orden de desalojo del establecimiento con fecha de ejecución para el viernes 14 de abril. La magistrada, entonces, da poco margen a los trabajadores que buscaban que la Ley de Expropiación vuelva a tratarse en el Congreso y dispone un operativo policial para un viernes feriado (viernes santo).
Los trabajadores que conforman la cooperativa se reúnen por estas horas para definir los pasos a seguir ante una decisión judicial que amenaza con dejar 130 familias en la calle, en un contexto de fuerte destrucción de empleos y recesión.
Los empleados autogestionan el hotel desde la crisis de 2001, momentos en que el Grupo Bauen construyó con ayuda de la dictadura cívico militar y que abandonó a fines de los ´90, sin pagar una deuda millonaria con el Estado argentino y dejando a todos los empleados a la deriva.