La relación entre Jorge Triaca y Armando Cavalieri siempre fue muy cercana. El exministro lo consideraba casi como un padre, por la relación que los unías desde hace muchos años, y devolvió el cariño que se pregonaban con varias resoluciones para avalar los caprichos del mercantil de cara a su, todavía irresuelto, intento de perpetuarse en el gremio.
Lo que sorprendió, en ese contexto, es que de salida de la Secretaría de Trabajo Triaca haya firmado una resolución que en el corto y mediano plazo implica la salida de miles de empleados de la órbita de Comercio.
Se trata de la ampliación de la cobertura del Convenio Colectivo de Trabajo firmado por el gremio de Call Centers ATACC a todos los grandes centros urbanos del país.
Con la resolución a cuestas, el gremio ahora intima a los empleadores a adecuarse a la normativa, ofrece una moratoria con las deudas y permite que los empresarios dejen de pagar la cuota compulsiva que les retiene el Sindicato de Empelados de Comercio por la utilización del convenio.
En la práctica, la distracción en una disputa intestina de Cavalieri que todavía tiene un futuro incierto con un acampe en las puertas del gremio que lo hacen permanecer tapiado, se trata de una pérdida de un universo de 80 mil empleados y una caja multimillonaria que cambia de manos.