Claudio Moroni, presidió el cierre de la 110° Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT. Pidió «un Estado activo, trabajadores y trabajadoras con derechos, empresas con el mejor ambiente para su progreso y distribución equitativa».
En lo que fue la clausura de la 110° Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, dejó sentada la posición de Argentina respecto de los discutido en estas dos semanas de debate.
«Somos conscientes del momento difícil que estamos viviendo. La paz política y social están severamente afectadas, con un presente complejo y pronósticos sombríos sobre las posibilidades ciertas de que el mundo siga adelante con un proceso de desarrollo sostenible, integral y, sobre todo, inclusivo, que permita ir borrando la distinción entre ganadores y perdedores sin esperanza», sostuvo Moroni.
Además precisó que «Las predicciones de hambrunas extendidas son generalizadas» y que «Las desigualdades se exacerban en lugar de disminuir y nada parece indicar que, tal como están las cosas, esta tendencia cambie por sí sola».
Por ello pidió «el respeto a las identidades del capital, y el trabajo y el diálogo social como instrumentos al servicio de ese desarrollo equitativo, siguen siendo valores que deben ser promovidos, como hemos hecho en este encuentro».
«Los acuerdos a los que hemos llegado en los distintos debates tienen una base común: quela situación no nos permite prescindir de nadie. Un Estado activo, trabajadores y trabajadoras con derechos, empresas con el mejor ambiente para su progreso y distribución equitativa delos resultados de ese progreso, siguen siendo los puntos de partida para esa nueva normalidad anhelada», concluyó Moroni.