En medio de una crisis por las prestaciones, empezó a correr fuerte la versión de un cambio de nombres al frente de la intervenida Obra Social de los vigiladores. Suena como candidato un ex hombre de la AFI macrista vinculado al abogado histórico de Luis Barrionuevo. Además fue apuntado por CFK como nexo en una maniobra para desligar a Gustavo Arribas del pago de coimas.
Hay preocupación en la Superintendencia de Servicios de Salud por los magros resultados de la gestión de designada al comando de la intervención de la Obra Social del Personal de Seguridad Comercial, Industrial e Investigaciones Privadas. La realidad es que se multiplican las quejas de los afiliados día a día.
En ese contexto, en las altas esferas de Salud empezaron a sonar nombres para reemplazar al actual mandamás de la organización, Ricardo Bellagio. De hecho ya hay uno sobre la mesa y es un viejo conocido de la política.
Se trata de Carlos Galina, un abogado que es planta permanente de la Cámara Baja pero que pidió el pase en los años macrista para estar adscrito a la AFI como jefe de asesores por pedido de Silvia Majdalani, la por entonces número 2 de la agencia de inteligencia.
Públicamente Galina tomó trascendencia en 2017 cuando Cristina Fernández de Kirchner lo mencionó en sus potentes redes sociales. Directamente lo involucró en la maniobra por la cual Gustavo Arribas trató de justificar el manejo de dólares que, desde Brasil, habían señalado como producto de una coima pagada por Odebrecht.
De hecho fue su hermana, Astrid Rosana Galina quien certificó los documentos presentados por Arribas para defenderse, a pesar de ser empleada de la Cámara de Diputados y del parentesco con su jefe de asesores.
Galina, adicionalmente, tiene fuertes vínculos con Horacio Ferro, el histórico abogado del jefe de los gastronómicos Luis Barrionuevo. De hecho, según la guía de abogados ambos comparten domicilio profesional en la calle Cerrito.
El perfil de Galina llegó a las altas esferas de la Superintendencia por sugerencia de Casa de Gobierno y, de hecho, se buscó el consenso de los dos pesos pesados del organismo: David Aruachan y Daniel López.
Aún no hay precisiones sobre los plazos en los que podría hacerse el recambio en la obra social, pero se espera una resolución inminente.
La aparición en escena de Galina rememoró a los conocedores de los pasillos de la política de salud a otro traspié que tuvo la Superintendencia. En el pasado no muy lejano López designó al frente de una importante obra social del transporte a un dirigente muy vinculado al PRO. Apenas horas, por el ruido generado, tuvo que desdecirse y cambiar el perfil elegido.