(por pablo cano) Querido lector, le voy a proponer un juego. Le voy a describir un escenario y luego algunas opciones para que ud. elija como cree que va a proseguir la situación descrita.
En un país llamado, supongamos, «Globoland» una central obrera convoca un paro contra las políticas económicas. Denuncia que el gobierno viene realizando una feroz transferencia de ingresos desde los trabajadores y la clase media hacia los inversores financieros y las clases acomodadas. Contra tarifas, inflación, desempleo y licuación del poder adquisitivo del salario resume de alguna manera la consigna. El paro logra ser masivo, ya que consigue la adhesión de todas las expresiones de trabajadores e incluso suma a una importante masa de clase media que se adhiere cerrando comercios y pymes para reforzar el músculo de la protesta. Usted debe predecir que va a suceder en el futuro inmediato de esa central obrera y opta por manifestar que:
A) Va a emerger un nuevo actor político que será ineludible para el gobierno y para el resto de las fuerzas políticas a la hora de pensar interlocutores que intervengan en el diálogo social necesario para surfear la crisis.
B) Envalentonados por el acompañamiento a la medida, se va a radicalizar las posiciones de la central obrera y para ir a fondo contra las políticas puestas en discusión pide la renuncia del plantel económico como condición previa a cualquier convocatoria que le haga el gobierno
C) Dado que en el seno de la central conviven «halcones» y «palomas» el sector combativo propondrá avanzar con un plan de lucha y el sector dialoguista planteará la necesidad de confrontar con responsabilidad. Se parte la central y surgen 2 polos antagónicos en el movimiento obrero.
D) No pasa nada porque, como decía el admirado Julio Grondona, todo pasa.
Eligió?, bueno, las opciones A, B y C sucedieron en la realidad argentina en los últimos 50 años. Con Alfonsín sucedió la A cuando Raúl Ricardo tuvo que reunirse reiteradamente con Ubaldini en los años 85/88 cuando emergió la figura del cervecero en la recesión económica que desato el fracaso del plan austral. Con Isabel y la eyección del Ministro de Economía Celestino Rodrigo sucedió la B. La coexistencia de dos CGT -una cercana al gobierno y otra combativa- fue un clásico de la década menemista. La opción D se acaba de inaugurar como escenario posible en la amañada reconducción que logra el Triunvirato de Daer/Schmid/Acuña. Y también un nuevo mojón de dudosa prosapia en la dilatada historia de la CGT: es el primer paro combativo (fue convocado contra las políticas económicas y el acuerdo con el FMI) que una vez sucedido no logra ni que al interpelado -el Presidente Macri- se le mueva un pelo ni prologa un plan de lucha mayor. «Un pedo en una canasta», reflexionó un viejo militante gremial que ayudó a pensar estas líneas. «Que podés esperar de estos tipos si son los mismos a los que le afanaron el atril» finalizó su sintético razonamiento.
Todo hace presumir que el paro del 25 de junio sucedió al principio de la recesión que el gobierno de Macri va arrastrar todo el 2018. La mayoría de los analistas e incluso los propios voceros del gobierno avisan que lo peor aún no pasó. Cuando promedien los calores primaverales probablemente ya se haya superado largamente los 20% de inflación y esté mas claro que porcentaje cerrará el 2018. Y cuánto habrán perdido los asalariados en el raid devaluacionista. La CGT, si para ese momento sigue primando la unidad por sobre todo otra cuestión, tendrá un escenario mucho peor que el que disparó el paro mundialista. No hay dudas que el desempleo aumentará, no se sabe cuánto, pero se sabe que será de dos cifras. Sabemos que los salarios estarán en la senda de paritarias del 20/25% en una inflación que no bajará del 30%. El empleo público castigado por el ajuste y el achique. Y las encuestas empezarán a marcar con mayor nitidez que chances tiene CAMBIEMOS de continuar al mando de la botonera. Quizás haciendo honor al tiempismo y la prudencia que tanto caracteriza a la superestructura de la dirigencia gremial aprieten el acelerador en ese momento. Cuando el año ya esté casi jugado, el flujo a las obras sociales masomenos también y el temor a represalias judicales, mediáticas o ambas sea sopesado por la cercanía temporal con el próximo gobierno. SI esto es así, una vez más habrá que darle la derecha a los campeones del status quo.
Pero si Macri logra nivelar el barco en indicadores sociales parecidos a los de 1995 (crecimiento de la pobreza y del desempleo dentro de un rango que la sociedad homologó en las urnas) el uno a uno del que tanto le gusta hablar a Macri para explicar como acordar, también le tocará a los dirigentes gremiales. Y Moyano no está solo en los expedientes caratulados en Comodoro Py. Y si la derecha que gobierna continúa, continuará la lucha cultural contra el Peronismo y su modelo de estado y sociedad que el universo amarillo entiende como verdadera tragedia de la situación argentina. Aunque estén dispuesto a hacerlo, muchachos, no les va alcanzar con descolgar los cuadros del General y de Evita.
Sino, pregúntenle a Cavalieri que se siente estar, a los 83 años, en el medio del fuego cruzado del PRO.