Una compañía avícola de la localidad de Allen, en Río Negro, cerró sus puertas tras décadas de liderazgo en la producción y venta de huevos en toda la región patagónica. Abastecía, asimismo, a parte del mercado mendocino. No se pudo reponer del impacto de la gripe avícola y de la crisis del mercado interno.
Elepeve había sido fundada en 1974 por la familia Romero y se destacaba por la tecnología avanzada y la autosustentabilidad del parque solar, pero la crisis avícola de 2023, que la obligó a sacrificar 200.000 gallinas, la dejó debilitada con una pesada carga de deudas.
El cierre de la planta dejó a 10 empleados sin trabajo. Algunos trabajadores protestaron reclamando el pago de sus indemnizaciones.
La empresa llegó a acuerdos con la mayoría, aunque restan cuatro casos por resolver. realizó un reclamo en la calle donde la firma tiene oficinas y un depósito pidiendo que se los indemnice tras el despido. Los arreglos incluyeron un local de venta en una ciudad de la región y vehículos que pertenecían a la firma, mientras que con quienes no se logró acordar siguen reclamando.
La crisis del ajuste de este año le asestó el golpe de gracia, a pesar de los subsidios que otorgó el gobierno provincial a las empresas afectadas. Fueron insuficientes para repoblar la granja, por lo que la idea de reactivar la producción quedó fuera de alcance.
En la Patagonia toda, el sacrificio masivo de aves afectó a numerosos productores, por lo que la recuperación del sector avícola se anticipa lenta y complicada.
Pablo Romero, director de Elepeve, explicó las dificultades. «No fue posible superar las deudas existentes ni asumir nuevos créditos».
La firma fue referente de innovación tecnológica en el sector, como por ejemplo, la automatización de procesos y el uso de energías renovables. También fue vanguardia en eficiencia y sustentabilidad, al tiempo que se destacó por el cuidado del medio ambiente.
La autosustentabilidad formaba parte del modelo de negocio de Elepeve. Sin embargo, los problemas financieros resultaron insuperables.