La CGT comenzó esta semana el debate de una reforma estatutaria que permita cumplir y ampliar del 30% al 50% la participación de las mujeres en la conducción. «Una verdadera reforma estatutaria no solo debe apuntar a que las mujeres ocupen esos cargos de conducción sino a construir una agenda con perspectiva de género», advirtió Vanesa Siley.
La reforma del estatuto, que tendrá mañana su puntapié inicial formal, apunta a tener un nuevo cupo a partir del próximo turno de renovación de autoridades, previsto para el 11 de noviembre.
En ese contexto, el objetivo de que el sector femenino de los sindicatos ocupe la mitad de los espacios de conducción en la central sindical implicaría duplicar la cantidad de integrantes del consejo directivo, que pasaría de 35 a 70 miembros.
Pero los integrantes del consejo directivo profundizarán también el debate sobre la reforma del estatuto de la CGT -en la que ya trabajan sus especialistas y asesores legales- para ampliar la participación de la mujer en los cargos de conducción desde el 30% vigente, estipulado desde 2002 por la Ley de Cupo Sindical Femenino 25.674, al 50% que se plantea como nueva meta.
La ley, sancionada en 2002, estableció el 30% como piso femenino también para las delegadas en las negociaciones colectivas y para las listas eleccionarias de los sindicatos, lo que a su vez es contemplado por el artículo 47 del estatuto vigente de la CGT, aunque hoy esté incumplido, ya que hoy solo ocupa cargo Noé Ruiz (secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género). Vale recordar que Sandra Maiorana había asumido como secretaria de Salud pero luego renunció.
Sobre las reformas en carpeta, Vanesa Siley, diputada nacional (Frente de Todos-Buenos Aires) y secretaria general del sindicato de Trabajadores Judiciales (Sitraju), sostuvo en diálogo con Télam que las mujeres deben acceder a los cargos de conducción, tanto en sus propios gremios como en la CGT, y explicó que la norma de cupo sindical modificó la histórica Ley de Asociaciones Sindicales 23.551.
«Esos cambios rigen para las uniones, gremios, federaciones y confederaciones, es decir, para las organizaciones de primer, segundo y tercer grado, y especificaron un cupo de al menos el 30 por ciento en cargos titulares. O sea, de los 35 actuales en el consejo directivo de la CGT, entre 11 y 12 deberían ser para el sector femenino», puntualizó.
Para la referente nacional de la Mesa de Mujeres Sindicalistas, más allá de esos cambios estatutarios, la tarea tiene que realizarse «en resguardo de los principios legales y del modelo sindical argentino vigente», y en ese sentido afirmó que si la reforma que se proyecta incorpora un cupo del 50 por ciento de mujeres debe, ineludiblemente, regir para los cargos titulares de la CGT.
«Se trata de una oportunidad histórica inigualable para el movimiento obrero y para la CGT. Una verdadera reforma estatutaria no solo debe apuntar a que las mujeres ocupen esos cargos de conducción sino a construir una agenda con perspectiva de género», planteó Siley.
Para la gremialista y diputada, una verdadera y profunda discusión sobre el tema debe encaminarse a un debate sobre «por qué las mujeres menores de 25 años están mayormente desocupadas, por qué perciben salarios inferiores a los hombres, por qué cobran una remuneración menor en las ramas industriales, y por qué entre ellas es más grave la situación de precarización y subcontratación laboral, lo que es preciso resolver».
«Es decir, existen problemas estructurales que será preciso analizar y debatir a fondo y resolver de manera definitiva. Esa es la verdadera reforma. Las mujeres, en los sindicatos y en la CGT, deben ocupar cargos de conducción», exhortó Siley.
Por su parte, la secretaria general de la filial porteña del gremio docente Sadop (docentes privados), Alejandra López, respaldó la intención de la CGT de ampliar la participación femenina, aunque indicó que la propuesta requiere «un amplio debate y estudio», y se pronunció por la necesidad de que el sector femenino del gremialismo adopte una posición política sobre el proyecto.
«Habrá que aguardar para saber cómo continúa el proceso de reforma estatutaria. Pero es una iniciativa superadora. Lo importante será conocer qué implicará, qué lugares ocuparán las mujeres y cómo», subrayó López.
En tanto, Graciela Aleñá, líder del Sindicato Trabajadores Viales y Afines (Stvyara), adelantó que acompañará la iniciativa de la CGT, y resaltó la importancia de reformar el estatuto para acompañar a la sociedad en «la lucha y visualización de la igualdad de género».
«Que la nueva conducción de la CGT, a elegirse en noviembre, procure que participe un importante cupo femenino, incluso mayor al estipulado por ley, remite al fuerte compromiso del sindicalismo argentino en acompañar el cambio social que la clase trabajadora impone y por el que luchan a diario las mujeres en sus diferentes roles», evaluó.
Aleñá, que integra el espacio Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y la CATT, añadió a Télam que «se viven momentos históricos, por lo que hay que acompañar los cambios para reconocer a las representantes de las trabajadoras, que cada vez son más».