La legisladora del Frente de Todos respaldó la discusión en torno a la semana de cuatro días o menores horas dedicadas al empleo en el país. Es con el objetivo de formalizar mayor cantidad de fuentes de trabajo, crear nuevos, aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de quienes trabajan. Qué experiencias hay en España, Islandia, Colombia y Chile.
“¿Cómo puede ser que a esta altura de los avances técnicos y tecnológicos que ha acumulado nuestra sociedad, tengamos estos niveles cada vez más altos de desocupación?”, planteó la diputada Fernanda Vallejos. Así, defendió el debate que se abre camino en Argentina en pos de la reducción de la jornada laboral con el objetivo de formalizar mayor cantidad de empleos, crear nuevos, aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de quienes trabajan. Esto, a la vista de las fructíferas experiencias en otros países de la región y el mundo.
“¿Cómo puede ser que vivamos vidas tan inhóspitas, donde los hombres y las mujeres que tienen la suerte de tener un trabajo, de pronto trabajen, en el mejor de los casos 8, 10, 12 y hasta 14 horas?”, prosiguió la legisladora, quien advirtió que esto implica “jornadas laborales interminables por sueldos miserables o al menos insuficientes para calzar la felicidad a la que todo hombre y mujer a esta altura de la humanidad debería tener derecho a aspirar”.
La discusión para reducir la jornada laboral adquirió mayor peso en el último tiempo frente al impacto de la pandemia en mayores niveles de desocupación, desigualdad y pobreza. En esta línea, el Grupo 25 de Mayo pidió en la Proclama del 9 de julio un modelo de capitalismo nacional de salarios altos y trabajo digno para apuntalar la recuperación económica con inclusión social. También, la plena la plena vigencia del art. 14 bis de la Constitución Nacional.
Vallejos es una de las principales referentes del Grupo 25 de Mayo, junto al secretario General Adjunto de Camioneros, Pablo Moyano; el secretario general de la CTA, Hugo Yasky; el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, Guillermo Moretti, y el presidente de la Sociedad Rural de Córdoba, Pedro Salas.
En uno de los puntos de esa Proclama que difundieron el Día de la Independencia, impulsaron la reducción de la jornada laboral “conforme con los objetivos de alcanzar el pleno empleo, el crecimiento de la masa salarial y la necesidad de que los trabajadores y trabajadoras no vivan para trabajar sino que trabajen para vivir, disponiendo del tiempo y los recursos suficientes para disfrutar de los afectos, el arte, la reflexión, el estudio o la cultura, mejorando la productividad de la sociedad”.
El diputado nacional del Frente de Todos Hugo Yasky, el diputado porteño del Frente de Todos, Mariano Recalde, y la ministra de Trabajo del gobierno de Axel Kicillof, Mara Ruiz Malec, también animaron el debate para la reducción del tiempo de trabajo.
Los planteos responden a que la duración del trabajo en Argentina es una de las más altas en el continente. Según la Ley 11.544, el trabajo “no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas”.
Vallejos retomó el tema como uno de los desafíos de la economía que viene y abogó por “distribuir las horas de trabajo necesarias para sostener la producción que requiere nuestra sociedad, sustentar la reproducción biológica y material y satisfacer las necesidades que como comunidad tenemos entre los millones de desocupados”.
Como contrapartida, en Juntos por el Cambio, su precandidato a diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Martín Tetaz, alentó recientemente en un programa de televisión el trabajo infantil como salida para reconstruir la producción en el país.
Las experiencias internacionales
Argentina mira a otros países que han avanzado en la reducción de la semana o las horas diarias dedicadas al trabajo. Por caso, el gobierno español lanzó a principios de año una prueba piloto para establecer la semana laboral de cuatro días y destinar 50 millones de euros a empresas en su adaptación a este nuevo modelo. La iniciativa provino del diputado y dirigente de Más País, Íñigo Errejón, con quien Vallejos ha mantenido un sostenido intercambio de miradas sobre la temática.
Por otro lado, en Islandia dos ensayos realizados entre 2015 y 2019 comprobaron que llevar a 35 y 36 horas semanales la jornada laboral, sin reducción de sueldo, mantuvo o mejoró la productividad al igual que la salud.
En la región, Colombia avanza en la reducción de la jornada laboral actual de 48 horas semanales, a 42. La iniciativa plantea que la reducción sea gradual, es decir, cada año se bajarán 2 horas de la jornada actual, desde 2023 y hasta 2026, hasta llegar a las 42 que prevé la ley. En tanto, en Chile a fines de junio la Cámara de Diputadas y Diputados declaró admisible el proyecto de ley que busca reducir la jornada laboral a cuatro días y extender los días de descanso a tres.
En este marco, por último Vallejos afirmó que “estamos en perfectas condiciones para plantearnos un modo diferente de funcionamiento, porque hemos logrado, a lo largo de los años, construir las capacidades técnicas para poder hacerlo”. Y finalizó: ¿Qué es lo que nos está impidiendo avanzar en este sentido? En un sentido muchísimo más humano, pero además muchísimo más sustentable que no ponga en riesgo los equilibrios ecosistémicos de nuestro planeta, que no ponga en riesgo nuestra salud física y mental y que no ponga en riesgo nuestra plenitud psíquica y espiritual”.