Conversan con frecuencia. Santiago Caputo es el nexo con el «triángulo de hierro» del Gobierno. El eje sobre el control de los recursos de las obras sociales sindicales tiene como vértice, además, a Mario Lugones, socio de Luis Barrionuevo. Un juego de intrigas en el mundo cegetista.
El vínculo con Santiago Caputo fue, tal vez, lo más trascendental de la única reunión que la CGT mantuvo en Casa Rosada desde que Javier Milei es Presidente. El influyente asesor del Presidente, con tentáculos posadas en diferentes asuntos y una caja billonaria para operar sobre los medios, copó esa charla y quedó en contacto con la mayoría de los caciques del ala dialoguista.
Hasta su teléfono también llegó el escurridizo Luis Barrionuevo. El gastronómico mantiene un intercambio fluido con el integrante de lo que definió el propio Milei como el «triángulo de hierro» de la gestión.
Uno de los temas principales, sino el principal, es el manejo del sistema de salud. Allí coordinan la distribución de recursos y algunos sospechan que también las intervenciones a las obras sociales de las últimas semanas.
La figura clave en ese juego es el empresario de la salud Mario Lugones, que en los papeles figuraría como asesor de Guillermo Francos. De hecho con su guiño, el Gobierno liquidó un subsidio llamado SUMA [subsidio de mitigación asimétrica] para favorecer a las prestadoras médicas con mayor cantidad de afiliados.
Algunos creen que bajo la misma mirada buscarán liquidar las obras sociales intervenidas y, con eso, podrían traspasar un padrón apetecible a las obras sociales más populosas. Se trata de un buen negocio en caso de que se concrete y por el que varios de los dialoguistas empezaron a repensar sus posiciones más beligerantes.
Según La Nación, Lugones es una suerte de ministro sin cartera, con ascendencia sobre el propio ministro del área, Mario Russo, y sobre Gabriel Oriolo, el exejecutivo de OSDE que encabeza la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), el organismo a cargo de la regulación de las prestadoras.
Además el mismo diario recordó que Lugones fue presidente hasta hace poco de la Fundación Sanatorio Güemes, una clínica en cuyo paquete figura el sindicato de gastronómicos de Luis Barrionuevo y que en una charla, Lugones se refirió a Barrionuevo y al operador Enrique «Coti» Nosiglia como «mis socios».