(por pablo cano) Acelerándose el minué previo al cierre de candidaturas que opera en poco más de 15 días, también el movimiento obrero entra en la recta final con vocación de mojar en las listas que estarán en octubre en el cuarto oscuro.
Primeramente fue la migración y/o redefinición de una mayoría de actores que orbitaban en el Peronismo M hacia la recreación del PJ cómo orga central que creen ver cómo definición troncal en el Peronismo R. La fuga desde Massa a Randazzo se puede explicar en dos vectores, el primero es la rapidez del olfato de los caciques sindicales para percibir por dónde pasaría la tijera de Massa al tener que acortar una elección de más de 40% (la del 2013) a otra que nadie se anima a pronosticar por arriba de los 20%. Al ver la reafirmación de la alianza con Stolbizer se dieron cuenta que su lugar en las listas se achicaba doblemente. El segundo, y principal, está por verse si es una muestra de ingenuidad o la manera mas decorosa de comerse un enorme sapo. La pretendida vuelta al PJ de la mano del silente Randazzo pareciera presentarse en superficie cómo la manera de volver a ocupar el lugar de columna vertebral del movimiento que la conducción de CFK les había negado y con distinta intensidad puede encontrarse en esta línea a expresiones de los últimos días de dirigentes de la talla de los Hermanos Daer, Sassia y el Barba Gutierrez. Estos, en la misma línea que expresan los intendentes que acompañan a Florencio, plantean que , aunque se pierda, buscan sentarse en la mesa de lo que viene con volumen propio y no por invitación. Ahora bien, mas allá de su candidatura o no, CFK sigue siendo un dato central en cualquier armado del PJ-Panperonismo, a lo que debe agregarse que ya algunos de los «regresados» al PJ van avisando que quieren internas pero que si pierden «se quedan». Si bien es encomiable el mérito de respetar las reglas de juego, citamos a un viejo dirigente del conurbano peronista que agudamente observó «…estos prefieren volver por la puerta de atrás a quedarse afuera…y por las dudas se quedan pegaditos a la puerta por si hay que volver a rajar…».
Por el lado del Kichnerismo también se agolpan las expectativas de ocupar «cupo sindical» en una dinámica que por ahora es mucho más pródiga en gestos que en volumen y definiciones. No es menor que en los prolegómenos del cierre Máximo Kirchner haya habilitado un encuentro puramente sindical que -para cualquier observador- es una forma de avisar que están adentro. Sobre un dispositivo cuyo vértice es el diputado Larroque y algunos de sus hombres más cercanos se fue conformando una masa crítica que se configura más por su definición política y su irreversible encuadramiento con Cristina que por su capilaridad en el movimiento obrero. También en este sector se destaca lo intenso por sobre lo extenso del armado no obstante lo cual mas de una decena de secretarios generales se acercaron al Instituto Patria el día de ayer junto con distintos cuadros de numerosos gremios. De este grupo pareciera destacarse Walter Correa (Secretario General de Curtidores) quien en los últimos meses no sólo ha ganado cotidianeidad con Máximo sino que incluso acompañó a CFK en alguna de sus giras. Otro dato que alienta las expectativas de los integrantes de esta movida es el desinfle por el que pasa la Corriente Federal y su figura mas prominente, Sergio Palazzo, de quien se afirma tanto que habla regularmente con CFK cómo que tiene para con ella y su armado una serie de reparos no menores. Así las cosas, las fronteras del «Sindicalismo K» quedan expresadas en un núcleo sólido pero carente del peso específico que se le exige a cualquier armado gremial, lo que permite aventurar que el crecimiento precisa del empujón político o estará condenado a un desgrane paulatino.
Así las cosas, pareciera que el movimiento obrero, en el río revuelto de los cierres, pueda pescar un grado de representación legislativa ya sea por el lado de Randazzo -quien prácticamente sostiene sobre los recursos políticos y de los otros que le aportan los Sindicatos grandes la avanzada final sobre su posición- como por el lado del Kichnerismo, dónde no podría explicarse sin un regusto amargo en la boca la ausencia de algunos de los protagonistas de la foto que ilustra esta nota en los lugares a salir en las listas electorales.
En definitiva, todos ellos buscan recompensa en esta Zona de Promesas.